Hágala En El Tiempo

México 86

Cuando tenía 14 años mi mundo era estudiar en la secundaria, jugar al futbol y sentirme comentarista deportivo. Al jugar en la calle, cuando se podía libremente sin inseguridad y sobre todo sin tráfico, utilizábamos dos pinos como portería afuera de la casa y jugábamos al “mete gol” con vecinos y mis hermanos mayores. Siempre imaginaba que era algún jugador famoso del momento y me metía en el papel, pero sobre todo narraba cada acción tratando de imitar a mis comentaristas favoritos que, en ese entonces, eran Emilio Fernando Alonso, Ángel Fernández, Roberto Hernández Jr. y, por extraño que parezca, Jorge el “Sonny” Alarcón, me gustaba el timbre de su voz y como comentaba partidos, acción y el Box.

Era 1986, el año del mundial en México. No imaginan la emoción de saber que vendrían las grandes figuras internacionales al país y que en Guadalajara tendríamos a Brasil. Entre más se acercaba la fecha de la llegada de los equipos a la ciudad, más jugaba en la calle sintiéndome Zico, Careca o Sócrates, eran mis favoritos. Cuando me ponía de arquero era Zubizarreta, ya que Roberto Carlos no me gustaba mucho. Justamente abrían ante España, donde Michel y Emilio Butrageño eran la atracción. Estarían en la ciudad los socios de Hugo Sánchez en el Real Madrid, quería conocer a todos. Los otros equipos eran Argelia e Irlanda del Norte y no me importaban.

Cuando llegó el primero de junio, fue un sentimiento de frustración, pero a la vez de emoción, era la presentación de España ante Brasil en el estadio Jalisco, sin embargo, lamentablemente no tuve boleto para acudir y solo celebré el gol de Sócrates por la televisión en la victoria brasileña de uno por cero.

Yo quería conocer a los jugadores y ahí empezó mi instinto de reportero. Investigué donde se estaba quedando Brasil y donde entrenaba España, todo para que mi papá pudiera llevarme a conocerlos, pero no tenía tiempo y mis hermanos no se atrevían a hacer ese tipo de cosas.

Vivíamos cerca del Hotel posada Guadalajara donde Brasil se quedó y alrededor era una fiesta tremenda al grado de cerrar la López Mateos por las batucadas y fiesta en la calle. Yo solo me pude acercar hasta la entrada y a lo lejos vi a Sócrates, pero a nadie más.

Brasil tuvo una gran primera fase ganando sus partidos y llegando a Octavos de final asegurando jugar en Guadalajara, su casa.  A Polonia lo goleó 4-0 y estaban en cuartos, ni más ni menos que ante Francia. Ese de Michel Platini y Giresse otros de mis ídolos.

Para esos momentos yo me había resignado a ver los juegos por TV y solo disfrutar del entorno en la ciudad, era único. Tenía 14 años y fue el punto de mi vida para querer dedicarme a lo que me dedico y disfrutar lo que el futbol ofrece.

Para el partido de Brasil contra Francia la ciudad estaba loca, todos querían estar en el Estadio Jalisco, era una fiesta. Yo no sabía lo que me esperaba, mi papá me estaba guardando una gran sorpresa: había conseguido entradas para el juego. Zona B, pero estaba yo incluido, mira que en familia de 10 hijos y yo siendo el menor, no tenía muchas posibilidades. Pero mi pasión y gusto por el fútbol terminó por hacerme ganar un lugar.

Esa experiencia jamás se borrará, la llegada al estadio, ver franceses en multitud y la gran fiesta brasileña en todo el recorrido hasta llegar al estadio fue inolvidable.

El entorno fue lo mejor, pues el partido me hizo llorar al ver fallar el penal a Sócrates que costó la eliminación de Brasil en penales luego de empatar a un gol. Había fallado Platini y estaba todo servido, pero le tocó cerrar a Brasil y esa falla los dejó fuera.

Tristeza total, Francia se quedó en Guadalajara, pero con la buena que Alemania iba a ser su rival y llegarían también a la ciudad, curiosamente me tocó poder asistir a la práctica previa en el Atlas Colomos, cuando solo eran 2 canchas antes de ser club social, ahí si pude ver de cerca a otros de mis ídolos como Karl-Heinz Rummenigge, Rudi Völler y Lothar Matthäus.

Alemania derrotó a los franceses y ya conocen la historia en la final contra Argentina, terminaron quedando cerca de no ser por Burruchaga y el genio de Maradona que ya había conquistado a todos…Recordar es volver vivir.

¡Hágala en el tiempo!

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