Hágala en el tiempo

Salvé la vida por minutos.

Vayamos al año 1992, recién había llegado a la radio Promomedios y, en ese entonces, nacía la 880 Triple A, una estación 24 horas de noticias.

Como nuevo proyecto, arrancó con todo el apoyo, directores de área, equipo técnico, grabadoras para cada reportero, unidades móviles y hasta celulares que, en ese entonces, eran la gran novedad, ¿se acuerdan de esos Ericsson que llamábamos ladrillos?

Bueno, el caso fue que en mis labores de reportero de deportes se me asignó entrevistar a Fernando Valenzuela, quien ese año llegaba como figura para los Charros de Jalisco en el béisbol. La cita me la dieron justo la mañana del 22 de Abril en el Estadio Tecnológico de la UdeG.

A deportes le asignaron una unidad móvil que no era más que un “bocho” del año con los logotipos de la emisora. El problema era que yo no sabía manejar standard y debía aprender sí o sí.

Ahí me tienen el día previo ensayando para saber sacar el clutch, no acelerar de más y bueno, más o menos me defendía, pero me veía muy principiante.

Muy temprano estaba listo para ir hasta el Estadio Tecnológico, pues a las 8:30 me iba a atender, ni más ni menos, “El Toro” Valenzuela.

Puntual a la cita y tras varios jaloneos de mi “Bocho” pude llegar para la entrevista.

Ahí estaba Valenzuela y yo listo para grabarlo con la grabadora reportera nueva que me habían entregado en la radio semanas antes.

¿Quieres ahorita o te esperas después del entrenamiento?

Me preguntó el pitcher mexicano, a lo que dije que tenía otra cobertura en el torneo de Tenis de la Copa Confederación que se realizaba en el Atlas Colomos y prefería cuanto antes. Eran ya casi las 9 de la mañana.

Valenzuela fue a cambiarse al vestidor y salió a atenderme después de las 9 AM. La entrevista no duró más de 15 min porque ya iniciaba el entrenamiento y todo se centró en su momento con Charros y lo que esperaba de la temporada.

Listo, terminé la charla alrededor de las 9:40 y de inmediato me despedí para trasladarme a mi siguiente cobertura. Había que manejar del Estadio Tecnológico hacia el Atlas Colomos, buena distancia.

La unidad móvil contaba con radios de onda corta que servían de enlace a cabina y para coordinarnos entre todos los reporteros. Di aviso que había realizado la entrevista y que al llegar al Atlas mandaba la nota.

Justo tomé la ruta hacia la Calzada Independencia por la calle Gante. Unas cuadras antes de llegar a la Calzada, me tocó semáforo en rojo. No olvidaré jamás ese fuerte olor a gasolina que de inmediato me hizo subir el vidrio y pensar que yo lo provocaba al acelerar de más el VW, pues lo seguía jaloneando y ahogando, según yo, era normal.

Semáforo en verde a las 9:55 y arranco hacia la Calzada viendo un denso humo blanco salir de un par de alcantarillas, se me hizo extraño, pero no presté más atención.

Muy bien, seguí mi camino y tomé avenida Vallarta para dirigirme al torneo de Tenis.

No había llegado todavía a La Minerva cuando, urgentemente, me piden vaya a la radio a entregar el auto, pues se iba a necesitar en la cobertura de noticias, ya que acababa de explotar la calle Gante. El reporte registró la primera explosión a las 10:05, justo donde yo esperé el semáforo. Sólo unos minutos de diferencia.

La historia de las explosiones del 22 de Abril ya la conocen, murieron más de 1000 personas y se destruyeron más de 8km en varias colonias a la redonda.

Momentos antes yo circulé por esa zona, solo Dios sabe porque no se tardó más en atenderme Valenzuela, porque no hice otra pregunta o simplemente el que me hubiera entretenido 5 minutos más en algo y esa explosión hubiera coincidido en el sitio donde yo hacía caso a la luz roja del semáforo.

Cuantas cosas más me dejó vivir el destino, pues de 1992 a la fecha me considero un privilegiado de lo que hago y que ahora disfruto compartir con todos ustedes.

¡Hágala, señores, jueguen!

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