Hablemos de acoso y delitos de género en el futbol

En los últimos días se ha abierto la conversación en torno a temas de acoso, delitos de género y su presencia dentro del deporte. Poco se habla de los temas de acoso que se viven en la Liga Femenil MX, porque al ocurrir, PORQUE OCURREN, los clubes se blindan para que no salgan a la luz, la máxima consecuencia que ha habido es el cese del técnico y “se acaba el problema”. Pero cuando los temas traspasan ese oscurantismo y llegan a lo legal, es entonces cuando tienen visibilidad.

Hace unos días, Chivas puso el ejemplo al rescindirle al contrato a Dieter Villalpando, quien tiene una denuncia por un presunto delito sexual. Sin que el tema legal esté avanzado y aun con la presunción de inocencia, la institución actuó de inmediato y se deshizo de un activo suyo. Pero, además, otros jugadores involucrados en el evento están en calidad de transferibles.

Qué difícil debe ser para un club, en un año como 2020 con crisis mundial, deshacerte de activos e, inevitablemente, perder esas inversiones hechas. Lo mostró el América hace unos meses al preferir prestar a Renato Ibarra, quien tuvo cargos por violencia familiar y tentativa de feminicidio (hay video), en lugar de rescindirle el contrato y marcar un precedente.

De ahí radica la importancia de lo hecho por el Guadalajara: esa cero tolerancia en cuanto a condenar un posible delito sexual, rechazar la revictimización y hacer un llamado a que esas acciones sean inaceptables en la Liga MX.

Pero, ¿qué pasa en la Liga Femenil? Se sabe de casos de acoso hacia jugadoras y también mujeres que laboran dentro de un club como parte del staff que han vivido esta situación. Lo primero, es que las afectadas no tengan miedo a externarlo o denunciar, recordemos el caso de la podóloga de Chivas hace algunos años, quien denunció al entonces técnico, Ricardo Antonio La Volpe, por acoso y el club cesó al argentino de inmediato.

Lo segundo, es que el club no haga caso omiso a estos llamados por parte de las mujeres trabajadoras, ya sea una jugadora o miembro del staff. En la medida que las instituciones se tomen en serio esta problemática social y tomen acciones serias, esta cultura de normalizar el acoso va a cambiar y se va castigar.

Hace falta hablar más de ello, hace falta que La Liga MX se tome en serio los casos de abuso y acoso que ocurren en su entorno, porque, más allá de que un club quiera o no quiera dar de baja a un jugador, la máxima autoridad del futbol en México tiene la capacidad para desafiliar a quienes cometan estas acciones, ¿somos o nos hacemos?

Por lo pronto, Chivas puso el ejemplo, ¿quién más lo hará?

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