Hágala en el tiempo.

VIAJE A ITALIA CON CHIVAS

Para 1994, la llegada de Octavio Hernández a Promomedios Radio fortalecía una alianza con la naciente promotora de Chivas que dirigió Salvador Martínez Garza y que comenzaba con la creación de las “Súper Chivas”, donde se contrató a lo mejor de la liga en ese momento Daniel Guzmán, Ramón Ramírez, Misael Espinoza, los recién campeones del León, Carlos Turrubiates y Alberto Coyote, entre muchos más. Recuerdo que la inversión fue millonaria y así debía de ser también la preparación para el siguiente torneo.

Para ese verano, se anunció la gira de Chivas a Italia, donde los Rojiblancos sostendrían 4 partidos amistosos en diferentes ciudades, tour organizado por el promotor Guillermo Lara.

Previo al viaje, vacacionaba con mi familia en Bucerías, Nayarit cuando de urgencia me localizaron en el hotel. Era Octavio Hernández al teléfono para informarme que tenía que regresar cuanto antes, pues me iría a Italia a cubrir la gira de Chivas y tendría que narrar los juegos desde allá, me darían más indicaciones después.

Apenas en mi segundo día en la playa tuve que suspender mi vacación para regresar en auto de inmediato, pues había un problema; mi pasaporte estaba vencido.

Con la premura del tiempo, conseguí una cita al día siguiente para renovar el documento y que me fuera entregado el mismo día, pues en menos de 24 horas partía hacia Italia. Mi primer viaje trasatlántico. El nervio me invadía.

La sorpresa fue que solamente yo era quien acompañaba al equipo como medio de comunicación y también me hospedaría junto con la delegación. Pero no sólo era estar reportando el día a día de lo que se haría en la gira, había que narrar los partidos desde allá y encargarme de conseguir línea de teléfono en cada estadio, conectarme a ella y transmitir yo solo cada encuentro. Fue un gran reto que no me detuvo y que, a pesar de los nervios de juventud, dije con determinación: “claro que puedo, de alguna manera se tiene que hacer”.

Me entregaron unos caimanes, que son cables que en aquel entonces servían para conectar la línea telefónica a una especie de amplificador en donde se conectaba el micrófono y audífonos con regreso. Eso tuve que hacer en cada estadio italiano para poder transmitir.

Pues ya todo estaba listo, mi pasaporte al día, mi equipo de transmisión, mi equipaje y sólo era llegar a la terminal aérea para emprender esta aventura. Ahí estuve puntual, ahí estaban las “Súper Chivas “y yo era parte de la delegación.

Se vino lo bueno, hasta de Chiva me vistieron al llegar a Roma en una de dos “novatadas” que me hizo el grupo encabezado por Alberto Guerra, pero esa es otra historia que les platicaré en la próxima entrega.

¡Hágala, señores, jueguen!

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