

Generación Dorada del 99
El Atlas es un equipo que milita en la Liga Mx del futbol mexicano de manera profesional que fue fundado el 15 de agosto de 1916. Es llamado así por el titán de la mitología griega y sus colores son basados en San Lorenzo Mártir y simbolizan: el negro al mártir y el rojo a la sangre derramada.
Cuenta con tan solo un título de liga conseguido en el año de 1951, y ese campeonato fue tan significativo debido a que lo ganaron al derrotar a su más grande rival, Las Chivas Rayadas del Guadalajara al imponerse 1-0 en el Parque Oblatos.
Fue hasta 1999 cuando surgió la llamada “Generación Dorada”, compuesta por jóvenes llenos de entrega al equipo, y los dirigidos por el “Bigotón” Ricardo Lavolpe dieron los mejores destellos en esa temporada. Eran apodados por todos como “los niños correlones”, pues contaban con gran dinamismo y unas ganas enormes de triunfar, se jugaban la vida en cada partido sin importar que rival tenían en frente.
La alineación que tenía el equipo era la siguiente:
Erubey Cabuto, Julio Estrada, Pablo Lavallén, Rafael Márquez, Héctor López, Miguel Zepeda, César Andrade, Jorge Almirón, Juan Pablo Rodríguez, Daniel Osorno y Hugo Norberto Castillo.
En la final del Verano 99, el juego de ida terminó empatado 3-3, en un duelo espectacular lleno de volteretas y grandes emociones. El tanto que le dio el empate al Atlas lo anotó quien sería su más grande joya, quien al terminar dicho torneo fue fichado por el Mónaco de Francia. Estamos hablando de Rafael Márquez.
En la final de vuelta se esperaba un partido lleno de goles y emociones. El partido lo comenzó ganando el Atlas con gol del “Misionero” Castillo al minuto 2 de juego, el empate estuvo a cargo del “Príncipe Guaraní” José Saturnino Cardozo. El segundo tanto del Toluca lo metió el defensa “Flaco” Macías y la igualada rojinegra estuvo a cargo de Miguel Zepeda con un cabezazo que le dobló las manos al portero Cristante.
El partido se fue a la prórroga, pero el marcador no se movió más, y cada minuto que pasaba el Atlas creía que se podía quedar con el título ante un Toluca que demostraba un poco de frustración al no dársele las cosas en el alargue. Finalmente llegó la esperada tanda de penales, donde con un marcador de 5-4 los Diablos se alzaban con el título y al Atlas se le esfumaba la esperanza de conseguir su segunda corona después de no ser campeones desde el año 1951.
Este suceso les costó que toda persona que no fuera aficionado del Atlas le tuviera un gran respeto tras la actuación, menciona uno de los futbolistas más emblemáticos de Atlas, Daniel Osorno: “Para nosotros fue una de las mejores finales del futbol mexicano y se reconoció por también enfrentar a un Toluca de buenos jugadores y nosotros de jóvenes. Cuando llega el momento de tirar los penales era un volado, los equipos se brindaron y nos tocó perder”.
Después de esta final no ha llegado a disputar ninguna final de nuevo el conjunto Tapatío, y actualmente tienen 68 años sin ser campeones del Futbol Mexicano y en abril de este año cumple 69.